...versa así el último envío súper personal, privado y visceral del sonoblog:

"...este equinoccio. Devóralo si resulta más memorable. Si es preciso abandonemos el solsticio...más allá de la órbita, y fuera del alcance de todo telescopio. Mientras, devora el equinoccio si es que nada tiene mío."

Este blog se parte oficialmente en dos el lunes 24. Sigan ahora stretto, mi verdadero blog MUY personal, de aspiraciones literarias, inciertamente auto-biográfico, rebuscado y sobre asuntos "privados".

De ese modo, los arrebatos pasionales y literarios (más constantes que cualquier otro) sólo se expondrán en ese nuevo espacio, dejando así el espacio público y ensayístico para el sonoblog. De este modo busco una línea editorial más sólida en ambos lugares. En realidad, el sonoblog no cambiará mucho, pero sí se librará de cualquier arrebato literario extremo, por parte de su autor.

¿Por qué titulé así este envío? Por nada. Me descubrí con una idea / titular pasando por mi cabeza, que definitivamente no quería dentro de mí. Lo he puesto fuera... no sé que es, no sé para qué sirve. Sé bien a qué se refiere pero no lo quiero. No quiero mounstros dentro de mí y qué mejor que éste, el último envío ultra-privado-pseudo-literario del sonoblog, para exorcizarlos.

¡Abrazo fuertísimo para todos los lectores del sonoblog! Saber que están ahí, en cada acceso, en cada click es en verdad inigualable. Cada número nuevo en las estadísticas de visitantes llena de alegría.

¡Que 2008 sea un año luminoso! Y si no, ¡NOSOTROS PONDREMOS UN DIABLITO y lo hacemos luminoso!

Yo, así me siento, tal como se ve en esta foto. Saltando al 2008 quizás en absoluta convicción. ¡Sin poderlo creer! Sin poder predecir. Las doce campanadas resonarán en pocos pero increiblemente grandes cambios en mi vida; hice por ejemplo, circular un tren destructivo rumbo a otros carriles. Espero que ese cauce resuene en este espacio de tinta digital también.

Por lo pronto unas probaditas, pues en 2008:

La todavía incompleta galería de mujeres de la serie televisia Star Trek, publicada por Poletti es una verdadera herramienta de secreción hormonal.

Por lo demás, me recordó muchísimo la curaduría, investigación y recoplación crítica de la maravillosa Itala Schmelz, ahora directora del Museo Carrillo Gil (la conozco suficiente como para decir que donde pone la bala pone la magia siempre), para su proyecto El futuro más acá, que tuvo su más reciente aparición pública en el Cervantino, y que, con su columa vertebral, una selección maravillosa de películas explorando cómo se trató el futuro y la ciencia ficción en el Cine Mexicano, principalmente de la temprana segunda mitad del siglo XX, ha dado vuelta a los medios, los festivales, y a las cabezas de miles de espectadores.

Sin aviso y puro abismo. Dejé de publicar en el sonoblog por una falta absoluta de tiempo... a propósito del tiempo viviendo en Guanajuato... a propósito del Festival Cervantino. Como saben amigos seguidores del sonoblog, estoy a cargo de la Coordinación Multimedia del Festival razón por la cual pasé 19 días, sus preludios y sus codas, entregado a las difusiones y entretelones de 2000 artistas.

Un blog se conecta con las actualidades, pero en este caso con todo el mal gusto del mundo hago una rememoranza pequeñita...

Debo decir que levantar un festival de esta magnitud en México, es un logro inmenso. Las condiciones de operatividad, la formalidad o informalidad de unos y otros, organizadores, proveedores y artistas; la necesidad e importancia de los patrocinadores y la exigencia ante compañías y creadores con geniales exigencias de producción, hacen de este un ejercicio mexicano parecido al de un relojero suizo del siglo XIX trabajando con guantes de cocina.

Enrique Dans siempre tiene algo inteligente y formidable que escribir sobre tecnología de la información y sociedad (por redundante que suene esto). Esta vez, utiliza la figura del artista para mofarse con mucho talento de las irracionalidad de ciertos políticos españoles, que lejos de entender que al momento en que los dispositivos digitales bajan sus costos, socializan espacios culturales de formas antes inimaginables. Arguyen que la misión del estado es proteger "monetariamente" a los "hacedores" de cultura, gravando un canon (impuesto) en casi todos los productos que vayan a permitir en algún momento, el que una obra creativa - una canción, una película, una fotografía, un texto y demás - sea "consumida" por un ciudadano, sin representarle un ingreso monetario al artista.