Gracias a la gente de GNOME. Gracias a Nigel Tao y al equipo Deskbar .
Gracias a los hackers de Rhythmbox, DBUS, HAL y a los desarrapados de BeatnikSoftware y su TomBoy.

Fuera de la caja, Gnome 2.14, el ambiente gráfico de nuestro sistema operativo libre y gratuito, Linux que, dicho sea esto por primera vez sin militancias: no tiene igual. Y lo mejor de todo -> es código abierto, gratuito y nos pertenece tanto como no nos pertenece.

Newworldman y yo, loábamos vía chat hace dos días, el "google-doodle" insiprado en Miró: el logotipo de Google dibujado a la manera del genio catalán. Un ejercicio de estilo divertido que conmemoraba su nacimiento. (Miles de personas en el mundo supieron quien es Miró de esta forma)

Leo en el Mercury News vía Barrapunto, vía Menéame (jeje), que la insensatez de la familia Miró ha ordenado la retirada de los elementos, arguyendo violación al derecho de autor. El texto de Mercury News es aterrador en su redacción, y no me extrañaría que la redacción de la acusación estuviera en los mismos, irracionales, y desinformados términos: encontraron "elementos de varias de sus obras [...] incorporados en el logo de Google".

Sin duda, el reciclaje de materiales para la arquitectura es una de las pocas soluciones para el desarrollo sustentable.

Me enteré en estos días que, como resultado del concurso de propuestas arquitectónicas para la Biblioteca Pública de Jalisco, la empresa LOT-EK propuso un diseño impresionante, no sólo por sus cualidades estéticas, pero sobre todo por los materiales propuestos para su construcción.

¿Cemento? - ¿Vidrio? - ¿Acero? Sólo un poco. Lo principal es la reutilización de toneladas de carcasas de Boeing 727 y 737 que yacen en los desiertos y tiraderos del país, apiladas en la configuración más futurista posible. La carcasa de un avión es difícil de reciclar por seguro.

Según Anna Werner, del canal CBS5 en Estados Unidos:

Una chiquitina de nueve años en South Bay aprendió a escribir cartas de negocios en la escuela; suficiente para mandar una a un tal Steve Jobs, quien trabaja en la compañía que produce su Ipod Nano verde, y donde escucha su música todos los días.

La carta, incluía curiosas observaciones y sugerencias que en opinión de la niña, podrían mejorar el producto. (En lo personal, me parecen enternecedoras) Sin embargo...

Un 4 de abril de 1996, Carlos González y yo, decidimos trasladar la función del Cine Club Música, de la Sala Huehuecoyotl a la cual nadie asistía, a la explanada de la Escuela Nacional de Música.

La función incluía un programa de cortos de Brighton, el pionero inglés de la narrativa cinematográfica a través del montaje, y el Programa Meliès de la Filmoteca UNAM.

El primero fue musicalizado por un pianista que invité, y cuyo nombre desfortunadamente no recuerdo. El segundo lo musicalicé yo.

El programa comenzó con la película Le voyage dans la lune, 1902, de Georges Méliès; para la cual, sin tener la más remota idea de lo que hacía, hice una cita libertina sobre ideas musicales de "Los Planetas" de Gustave Holtz, obra que por cierto nada aprecio.