Heartbeats es una canción incluida en Deep Cuts (2002), primer álbum de la banda The Knife. La canción, armada sobre percusiones secuenciadas a las que uno sólo es afecto bajo estrictos influjos de sustancias tóxicas, y dotada de un vídeo incoherente so pena de experimental, no pudo recibir la venia de las Grandes 4, y por tanto no dejó mucho dinero. Fue José González, el chico de este vídeo, quien reinterpretó la letra de la canción llegando, me parece, a su nostálgico y más legítimo contenido emocional. Desde ya la canción conquistó a los seguidores de González para después llegar a la esfera mediática, cuando Sony la incluyó en un famoso comercial para televisiones de alta definición, el anuncio de las pelotitas. Se convirtió en un hit, y González saltó al Big Track de los Big Four logrando que hasta el olvidado disco de The Knife fuera reeditado en 2004.
La todavía incompleta galería de mujeres de la serie televisia Star Trek, publicada por Poletti es una verdadera herramienta de secreción hormonal.
Por lo demás, me recordó muchísimo la curaduría, investigación y recoplación crítica de la maravillosa Itala Schmelz, ahora directora del Museo Carrillo Gil (la conozco suficiente como para decir que donde pone la bala pone la magia siempre), para su proyecto El futuro más acá, que tuvo su más reciente aparición pública en el Cervantino, y que, con su columa vertebral, una selección maravillosa de películas explorando cómo se trató el futuro y la ciencia ficción en el Cine Mexicano, principalmente de la temprana segunda mitad del siglo XX, ha dado vuelta a los medios, los festivales, y a las cabezas de miles de espectadores.
Tengo la sospecha de que mi gusto por la música de Chopin es oscilatorio y senoidal. A los 15 años era mi adoración, a los 25 recibía mi más profundo odio. Períodos de 20 años. El día de hoy parece que me gusta más cada día y estoy propenso a comenzar a estudiar una Balada. No lo sé. Cuando estudiaba, escapé de poner alguna de las cuatro, así que no me vendría mal; la única ventaja de los pianistas que no vivimos del concertismo es que si ponemos o no Baladas de Chopin, el mundo no se cae ni se construye, sólo se transforma :-)
No podía faltar la referencia a la primera Balada de Chopin, en un concierto televisivo en 1968, en el Carnegie Hall, sobre un Steinway. Interpreta, ¿quién más en el sonoblog? Vladimir Horowitz:
Porgy & Bess es una ópera que me resulta soporífera. Me parece que el genio de los hermanos Ira y George Gershwin como cancionistas es indiscutible, y su obra representa un fenómeno de popularización en una época anterior a los formatos de distribución mediática de los que ya estamos hartos. Es verdad que otros la disfrutan mucho, pero a mi me cuesta un poco entender el significado de ponerle otros zapatos al género operístico; un corpus de canciones que sólo algunos públicos supieron apreciar.
Quizás como coincidencia, conozco pocas menciones de esta obra en la literatura; mi favorita sin duda, es cuando Julio Cortázar dice en el segundo capítulo de (tres postraciones y una reverencia) Rayuela:
El sistema ferroviario es en verdad, la quintaesencia de la transportación en España y en muchas partes de Europa. Uno de los goces que además disfrutamos los visitantes no españoles, asiduos a los servicios vía Internet, es que empresas como RENFE tuvieran un servicio tan adecuado para comprar boletos en línea. La ignorancia venció a la empresa esta vez, y ahora su sitio, diseñado al mejor estilo de 1995, sólo funciona con Internet Explorer de Microsoft y el aguerrido y formidable geek Ismael Olea, devoto miembro de la comunidad del software libre, ha publicado la carta que a continuación reproduzco.
En verdad, cuando en el sonoblog somos radicales con la promoción de estándares, la apertura en la cultura digital, y con la ERRADICACIÓN de Internet Explorer hasta que los pobres "seres humanos" de Microsoft entiendan que los estándares son el camino de la innovación y el libre acceso, no estamos jugando... ¡verdad amigo Olea! Ismael arguye lo siguiente (para ver el texto completo, su blog):
Pues murió. Y para variar entre los de su generación, su trayectoria dejó cambios interesantes. A mi no me gusta toda su obra, pero se entiende perfectamente su importancia en el universo compositivo de los sesentas. Gracias Karlheinz.
Un concurso inexplicable promovido por AcidPlanet y el "Professor Stockhausen". (Mi amigo David rio horas cuando le mostré la convocatoria, por la foto de Karlheinz en el sitio)
Recomendaré ampliamente la obra de Martin McDonagh, que ha llegado a México arropada por una excelente superproducción. Agradezco infinitamente a Ángel Ancona las imágenes que me proporcionó para su publicación en el sonoblog:
La semana pasada adivino, tal como sucedió en las funciones de pre-estreno, la gente, trivial quizás, ingresó al Foro Scotiabank de Polanco entre risotadas y cuchicheos para presenciar el estreno oficial de Pillowman, oscuro y estrujante texto del londinense Martin McDonagh dirigida por Mario Espinosa.
Dentro del foro, un hombre ensangrentado aguarda sobre una silla bajo la sombra de un gran ventilador que pareciera acuchillar su espalda en cada vuelta. La atmósfera es durante el ingreso a la sala, sórdida y aberrante. La música, quizás por única vez acertada durante la obra, resuena en la sala incisiva y monótona... para quienes fueron atentos... todo resultaba aterrador.
¿Conocían Uds. a Scott Ross? Seguro sí.
Su discografía fue numerosa y yo, no sabía de sus interpretaciones. Su articulación es tan sencilla que además de ser convincente es encantadora. ¿A Uds. qué les parece? Aquí la Sonata K209 de Scarlatti:
in-sonora, la muestra de arte sonoro e interactivo en la palma, ha abierto un canal para publicación de los trabajos en youtube.com. Sin duda un bonito logro de difusión, aunque no estoy de acuerdo con que se publiquen sólo bajo las poco congruentes condiciones de uso y distribución de YouTube, expresadas en su documento Terms of Use:
Aborrezco el asunto de "todos los derechos reservados" porque reutilizo mi cultura para hacer música para cine mudo, porque hago código para computadoras desde los ochenta, y soy amante de los temas con variaciones en la música y el arte. La cultura es un proceso. Todo esto me ha enseñado que copiar, replicar, reusar, imitar y compartir es el sustento del arte, de la ciencia y mejor que eso: de la vida.
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