"Sobre la dulce esquizofrenia de las hadas" (I)

Aquí un fragmento flagrantemente autocitado, que espero cobre sentido más adelante, en posts consecutivos con este mismo título. Gracias a natrablume por la provocación.

"Sobre las esquizofrenias dulces de las hadas."

Para los que son sensibles a las cosas que no se ven tan facil... las hadas existen.

Para percibir su existencia se necesita saber guardar silencio, después de la biblioteca o después del Bulldog. O de plano, tener suficiente respiración como para escuchar música de Piazzolla a las 4 de la mañana explotando en un espasmo ultrasexual.

Pero eso no es tan complicado; sólo inusual. Lo que sí es complicado es que la comunidad "hadil" conviva sin sobresaltos con formas tan básicas de vida como las de la Ciudad de México. Para tal efecto, una hada desarrolla dos personalidades por las que transita a toda hora: de hada viciosa (desafortunada traducción literal de "vicious fairy"), a hada analítica. De esa forma una hada (o una chica guapa con imaginario prestado de aquellos sajones personajes y crisis de identidad entre chica y hada), puede instalarse en escenarios de convivencia o de odio con toda tranquilidad y sin sobresaltos: puede escuchar a Sussie 4, incendiar una alfombra roja, reservarse el derecho a fumar mota, chupar paleta, leer a Locke, o incluso conducir una locomotora.

Se dice que de esa forma, las hadas también pueden besar y besar mucho, pero los posibles informantes hasta la fecha han guardado un silencio tan recatado como aberrante, impidiendo que la ciencia lo pueda comprobar.

Bueno... hasta aquí por ahora... si les parece interesante no se pierdan los siguientes episodios, queridos lectores del sonoblog.

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Yo soy un hada. Casi casi

Yo soy un hada. Casi casi tienes razón,en algunas cosas te equivocas