El ensamblador nunca se vio más bonito...

imagen Distellamap Qbert

El único momento en que recuerdo haber tecleado código ensamblador fue entre los 12 y 16 años. Copiaba y pegaba código de las revistas Ahoy! o de la también extinta Compute! Magazine en mi amada Commodore 64. Llegué a hacer un pequeño "Hello World" para el manejo de interrupciones en aquella máquina.

Ben Fry me hace recordar buenos tiempos, al publicar en su sitio la colección de imágenes Distellamap, donde imprime y colorea el código ensamblador (cuyos mnemónicos tienen siempre 3 caracteres y dos direcciones) de algunos juegos del antiguo Atari 2600, y traza curvas cada que hay un salto a una subrutina en el programa. Como bien dice Arcos en el ALT1040 donde tomo esta información: verdadero arte.

Esos juegos eran francamente, horribles versiones de los juegos electrónicos de las "maquinitas" de las papelerías y plazas de entretenimiento, diseñados para el padre orgulloso que sabía comprar el silencio y quietud de su hogar (función ahora usurpada por Nintendo, PlayStation, y Xbox). Yo jamás tuve un 2600, ya que, para robar el tiempo de estudio del piano y acrecentar la ira de mi paciente maestra, estaban mi fiel CoCo y mi querida C64.

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