El día de hoy será memorable para la desigualdad de oportunidades en México, y mucho más para la exitosa trayectoria de leyes que no lo evitan.

Finalmente, tras una discusión bastante esteril en la cámara de senadores, fue aprobada la nueva "Ley de Medios".

Todo mexicano acostumbrado a leer y comprender ha visto en la famosa ley una deficiencia terrible: no define más que un perfil de experiencia en el manejo de frecuencias y el de subasta económica, para otorgar la venia para el uso de una frecuencia en el espectro de telecomunicaciones. Las desventajas en las que queda muchísima gente son demasiado obvias.

No tengo tiempo ni ganas de volver a discutir otra vez las minucias de la ley, y para eso "google es mi amigo". Vengo hablando de este tema desde hace unos meses, y mi última mención fue a propósito de la casi invisible propuesta del EZLN para discutir estas cuestiones.

El sonoblog trata el tema, porque trabajo constantemente para "las otras" televisoras, para "los otros" medios. Los que guardan en sus entrañas algo de "públicos", los que no persiguen ratings a priori. Los medios que no usan blanqueador dental, porque sonreir no lo es todo... también saben suspirar.

Como ellos cuántos... cuántos más en los próximos años.

Esperemos esas líneas del diario oficial, volviendo a hacer historia.