Pillowman en México
Recomendaré ampliamente la obra de Martin McDonagh, que ha llegado a México arropada por una excelente superproducción. Agradezco infinitamente a Ángel Ancona las imágenes que me proporcionó para su publicación en el sonoblog:
La semana pasada adivino, tal como sucedió en las funciones de pre-estreno, la gente, trivial quizás, ingresó al Foro Scotiabank de Polanco entre risotadas y cuchicheos para presenciar el estreno oficial de Pillowman, oscuro y estrujante texto del londinense Martin McDonagh dirigida por Mario Espinosa.
Dentro del foro, un hombre ensangrentado aguarda sobre una silla bajo la sombra de un gran ventilador que pareciera acuchillar su espalda en cada vuelta. La atmósfera es durante el ingreso a la sala, sórdida y aberrante. La música, quizás por única vez acertada durante la obra, resuena en la sala incisiva y monótona... para quienes fueron atentos... todo resultaba aterrador.
Así comienza la lectura de Mario Espinosa a una de las exploraciones más famosas de McDonagh en torno al autoritarismo, el arte y el lado más oscuro de la naturaleza humana: su violencia extrema. Un elenco fenomenal integrado por Edwin Veytia en un más que convincente principal, Alejandro Calva y Jorge Zárate son acompañados también por Kuno Becker, importante actor mediático que en esta ocasión se involucra además en la producción de la pieza a través de su productora Doberman.
La historia relata el destino del escritor Katurian (Veytia), quien seguro y apasionado de su obra hará lo que sea para que sus textos sobrevivan a las averiguaciones de la policía, ya que una serie de niños han sido asesinados de formas muy parecidas a las expuestas en sus cuentos. Él y su hermano (Becker) con cierto retraso mental, están detenidos, y a través de sus revelaciones irán construyendo su propio destino.
La puesta de Espinosa es en momentos lacónica pero muy efectiva, decide reposar la narrativa teatral, sobre todo, en el desempeño libre de sus actores en un espacio tan generoso (ver imágenes). De esa manera, rumbo al segundo y último acto, la pieza mantiene al espectador en tensión constante que se traduce en la incontenible y a veces exagerada risa nerviosa de los espectadores. El humor negro alcanza niveles insoportables, en los que la sordidez del texto hace debatir al espectador entre la carcajada y la depresión.
En mi opinión, es el acucioso diseño de iluminación un elemento fundamental en la creación de la atmósfera: Angel Ancona planeó la disposición de más de 200 lámparas dispuestas de formas sorprendentemente apegadas a las connotaciones siniestras, y, en palabras de una espectadora, "vouyeristas" del texto de McDonagh. Con la luz, el Pillowman mexicano redimensiona y crea volúmenes sobre el espacio, además de remarcar posiciones fundamentales. Difícilmente hay oportunidad de ver este tipo de producción en montajes independientes.
Múltiples reseñas sitúan la puesta en un estado totalitario, pero la propuesta de Espinosa emparenta sus personajes a contextos que bien pueden situarse en la esfera latinoamericana, y no necesariamente dictatorial. La aspiración artística resulta la principal criminal
El Foro, galerón multiusos y de suma flexibilidad más por su carencia de elementos que por sus facilidades técnicas, fue perfectamente aforado, revestido y provisto de estructuras de iluminación, tramoya y maquinaria teatral por un excelente y esmerado equipo creativo y de producción; un oasis teatral que se levanta en un desierto.
En la segunda emisión de este envío, hablaremos sobre otros detalles de la obra...
Cortesía del Mtro. Ángel Ancona, aquí algunas fotografías que dan clara cuenta del planteamiento escénico. Vale la pena conocer la pieza, a través de este interesante montaje mexicano. En verdad, resulta propositivo.
Aquí algunos vínculos a otros espacios en Internet, relacionados con otras puestas en escena de esta misma obra:
El Katurian de Billy Krudup
Pillow Man en Portland
El Pillowman de Jardev (trailer)
Comentarios recientes