Someto a los comentarios de los lectores del sonoblog, una iniciativa sobre la que no me ha interesado indagar mucho: re-asignar las "maravillas del mundo". Apelando a Kandinski, a Duchamps, a los Beatniks y a cuanto manifiesto quede por ahí, el proyecto me parece una excrecencia proyectiva. Y con lujo de despotismo sugiero maravillas de patrimonio tangible e intangible para la terna, aunque no haya leído los requisitos (porque además, las maravillas, ahora resulta, compiten):

• Las maravillosas ilustraciones de Frank Lacano de los años... cuarenta, que vi en BoingBoing.
• Mis maravillosos calzoncillos de rayitas negras. Decolorados por aguas salinas y el jabón ZOTE.
• Las películas de la cortísima carrera de la maravillosa Laetitia Casta en el cine, entre el momento en el que dejó el modelaje y el momento en el que se embarazó, y a quien ensañados directores solicitaron invariablemente quitarse la ropa.