Sólo el artista puede promover su propio arte

Después de muchísimas peripecias, presentamos el día de ayer el programa general para la edición 35 del Festival Internacional Cervantino en el Palacio de Bellas Artes.

El evento, a reserva de contarlo con más detenimiento, fue exitoso y en cuanto a lo que compitió a mi área (Coordinación Multimedia), las satisfacciones sino completas fueron motivantes. Al pasar por el coctel de salida (celebre hoy por haber promocionado unas míticas enchiladas potosinas que sólo iniciados lograron ver antes de su inevitable extinción prematura), tuve la fortuna de encontrar varios amigos y colegas (músicos), que coincidieron en aceptar la invitación a esta presentación, principalmente como parte de su trabajo de autopromoción.

Es decir, algunos de ellos (3 al menos) incluídos en el programa de este año, estaban invirtiendo algo de tiempo en su propia construcción de relaciones, y escuchar esto de boca de más de tres grupos me hizo pensar que el camino de la autopromoción es el indicado.

No es casual que artistas que YA están presentes en el Festival de artes escénicas más importante de México y de los más legítimos en programación al ser organizado por instituciones e instancias tan disímbolas, sean también los artistas que prefieren restar unos segundos a los ensayos, para dárselos a su propia difusión; artistas que por cierto, decidieron olvidar los casicazgos de quienes financian las artes, para conectarse con todo tipo de instancias.

Cuando fundé LAUDES A.C. a los 25, ahora proyecto casi extinto, mi idea sobre la promoción cultural era desafiar el financiamiento estatal para lograr un objetivo independiente. Hoy veo con mucho gusto que la única fórmula es operar con todas las caras del cubo; finalmente, si el objetivo no se pierde: el ARTE, ningún paso en el camino puede ser en falso.

Muerte a los cacicazgos culturales en el sector privado, público o entre los independientes; mejor trabajar en conjunto, pero eso sí... SÓLO A FAVOR DEL ARTE. El artista sin intereses arribistas, es el único capaz de llevar los apoyos de todos los sectores, al servicio de la promoción artística por sí misma. La figura del promotor cultural profesionalizado debe desaparecer; a las cosas y oficios por su nombre: un promotor cultural es en realidad un representante, a caso un "manager". El único capaz de promover una obra artística dentro una tabla de valores, es el: EL ARTISTA.

Su arte y algunos conocimientos mínimos sobre sociedades enajenadas, es TODO lo que necesita.

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