Alaska, ideas desde "La Movida" para una sociedad MP3.

Alrededor de los años ochenta, en medio del tiempo en el que se sepultaba poco a poco el recuerdo de la España franquista y se daba la bienvenida al fin de milenio, apareció un "movimiento" artístico / estético en Madrid conocido como la Movida madrileña.

En el siguiente vídeo (2007) una figura musical de la Movida, la cantante Alaska (Olvido Gara), habla sobre la situación actual de la industria discográfica y los artistas. La mujer parece no tener mayor problema con el rumbo actual de las cosas para la generación del MP3. (A diferencia del jovencito David Bisbal, cantante también, quien ha mostrado una posición reaccionaria al respecto).

Improvisando una descripción, creo que "La movida" ofreció claras representaciones de la España kitsch, y un retrato de un sector de la sociedad antes poco tocado y tratado por el arte: la juventud que se va de marcha (fiesta nocturna), la comunidad homosexual, la que viste con la moda de la negación del pasado, etc. Los artistas se volvieron claramente independientes en algunos sentidos, y eso no sólo aplicó para artistas plásticos. Aparecieron sellos discográficos que grabaron a grupos de música popular juvenil y escritores que buscaban sus propios medios para difundir su obra.

Los artistas de la movida eran, obligatoriamente conscientes de que las libertades individuales eran el sustento para la concreción de los ideales, y por ende para la construcción de cualquier proyecto creativo. En cambio, el joven Bisbal nació en medio de una España sonriente a ese respecto, que no tenía mucho que olvidar ya; puede ser que esté identificando las sociedades colectivas que combaten las descargas de MP3, como las instituciones que generan ese bienestar. Es así como públicamente promueve el "control", herramienta fundamental del franquismo, que en realidad mermó muchas formas de expresión humanas.

La discusión está planteada desde Locke y sus ideas sobre la libertad de culto en el siglo XVIII. Extrapolando: la naturaleza de culto y ritual que ha dejado la industria discográfica, ahora reflejada en los artistas independientes y su afán por reproducir esos fenómenos de culto masivo en la esfera de lo local; al calor de un concierto, parece haber superado la forma en que un artista con parafernalia financiada por una multinacional, vive su propio rito sobre el escenario. Que viva el ritual y la libertad de elegir a los ídolos de un concierto local, al mejor estilo de la Movida Madrileña. Bravo Alaska. Pasarán los años Bisbal.

"Por mucho que hablen los aduladores para distraer el pensamiento de las gentes, ello no debe impedir que los hombres se den cuenta de las cosas" - John Locke, Segundo tratado sobre el gobierno civil.

Vía Barrapunto.

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