Entre Beirut y Nazareth. Nuestro sentido de la proporción y los titulares ausentes.


Foto: Arabist

En los medios masivos de información, es prácticamente indescifrable la veracidad con la que se distribuyen y presentan las noticias. En medio del éter-net, la blogósfera y los "güebsaits" comunitarios, pequeños titulares se erigen con desenfado causando controversia exactamente del mismo modo. ¿Importará que los conozcamos?

Leo a través de Newsvine una historia de terror. Se arguye ahí una penetración Israelí a Syria, en busca de elementos de Hezbollah que atravesaron la frontera. Éste es por supuesto un rumor aislado expuesto por DEBKAfile, pero que, como sea, se ha colado en el mapa electrónico. ¿Será esta una omisión de los medios masivos o un titular amarillista? La pregunta surge de inmediato cuando vemos un titular poco imparcial.

Si bien ante los ojos de algunos es evidente la magnitud desproporcionada de la contraofensiva Israelí, para otros es evidente y dolorosa la avanzada de Hezbollah en Gaza en meses pasados. Como sea, la magnitud real de los daños es siempre trivializada, porque el planeta del rating difícilmente recapacita sin imágenes de sangre y muerte en cadena nacional. El "informador" Joaquín López Dóriga por ejemplo, en su noticiero nocturno que goza de la atención de millones de televidentes en la República Mexicana, hizo el día de hoy poco énfasis en el bombardeo israelí sobre blancos inminentemente civiles donde se supone yacían lanzaderas no confirmadas de misiles. La omisión se antoja una vez más, en pos de la imparcialidad.

Una entrevista firmada por un periodista bastante reconocido, confirma estos ataques indiscriminados:I Spy, transcribe para Newsvine una comunicación telefónica de George Negus, periodista australiano, con la Dra. Amaal Saad-Ghorayeb de la Universidad Americana en Beirut, experta en el análisis de Hamaas. Ella está viendo la transmisión en vivo de la televisora Al-Jazeehra, mientras contesta el teléfono. Está aterrada, pero sobre todo, dice que los ataques se han hecho indiscriminados y la ofensiva, como es tradicional en el caso israelí, desorbitada. Bajo su punto de vista incluso los justos detractores libaneses de Hezbollah, habrán de cerrar filas en un resultado adverso a la conveniencia de la nación al sur. La transcripción, circulante en la blogósfera, se antoja parcial.

(Interrumpimos esta transmisión para dar voz a una figura... caray, figurón que tanto amábamos antes de esto... inteligente, que reconoce sus errores siempre (eso es verdad)... líder de opinión y cascado político conservador; qué tipo este sí... para que nos dirija unas palabras.)

Por otro lado, las facciones conservadoras en EU, la comunidad Israelí en el mundo y otros grupos liberales, aplauden la ofensiva israelí. En algunos casos la proporción de esta ofensiva y la explicación a las desproporcionadas muertes árabes tienen formas de explicarse. Con algo de ocio, cito la apología del blog llamado Zionist.com, ante el hecho de que en los conflictos arabe-israelíes mueran muchos más árabes: los escudos de niños con los que se protegen los militares de Hezbollah. Sin embargo, la aberración de la que habla ese post en Zionist, tampoco exhibida en los medios, es respaldada impulsivamente por el reconocido periodista Michael J. Totten quien ha visto esta infamia recurrente en sus experiencias en oriente medio.

¿De que lado queda entonces el balón cuando estas referencias despiertan tanta indignación?


Niños israelíes mandan mensajes en los misiles.
FOTO: Arabist.

Esther Shabot, analista de medio oriente, comenta para la transmisión del noticiero de Once TV el día de hoy en Ciudad de México, sobre el énfasis desmedido de los medios masivos en la situación de los soldados secuestrados por Hezbollah como detonador del conflicto, cuando existe un macro escenario histórico indicando las razones reales y complejas. Su agumento es validado por las visiones insoportables de jóvenes israelíes mostrando a BBC News su mejor sonrisa, mientras celebran el justo proceder de su gobierno ante ese horrible secuestro.

Como siempre, los medios masivos están cumpliendo su papel al declararse imparciales en su narración de los hechos. "Así me llegó el boletín, aquí dice que un archiduque Francisco Fernando fue asesinado y por eso estalló la Guerra Mundial". Como hay razones en ambos lados, dejar pasar los titulares sutiles legitima cualquier operación militar y sólo exige del oyente lástima para los que sufren.

¿En ese tenor, cómo se discute sobre lo desproporcionada de una ofensiva? Por eso, hasta el propio Totten escribe sobre proporcionalidad y se extravía. Porque "proporcionalidad" no puede describirse de igual forma en boca de un vendedor que cree que el secuestro de los soldados es para probar los alcances del primer ministro israelí, que en boca de un líder militar. Por que hay un momento en el que decir "Israel hizo bien", "Líbano se lo merece por no hacer algo con sus minorías armadas", "Israel perdió la paciencia y es justo", "cuando atacas Hezbollah vas a exterminar", sólo es valido en la mente intransigente de un presidente obsesionado, de un jeque o de un militar.

Y es que el problema es una vez más, tratar un estado nación como un ente que piensa, hace bien o hace mal. Cuando se piensa en democracias en estos casos, se corre el riesgo de condenar a una sociedad en conjunto... la democracia en caso de guerra debe ser urgentemente superada por el juicio crítico para no convertirla sin más en totalitarismo.

Por eso, con titulares imparciales jamás se conoce la verdad. Sólo se legitima la sin razón y cotidianidad de una guerra. A ataca a B. B pidió tregua. C apoya a A.

En estos casos, los medios debieran asumir absoluta parcialidad. Si una nación tuvo que calcinar 55 personas en un día, eso es reprobable. Si un grupo lesionó o secuestró, eso es reprobable. ¿Dónde cabe la imparcialidad? ¿En qué momento se puede definir la proporcionalidad de una acción militar, en un universo de información en el que YA TODO puede ser presenciado y transmitido a la hora del prime time?

Quizás las enseñanzas del Talmud tendrán una respuesta a esto, pero también las tienen los libros de horrores de los extremistas islamitas. Los pacifistas y los demócratas, los de izquierda y los de ultra derecha.

Si no condenamos ENCARNIZADAMENTE, TODO puede estar justificado al final. TODO puede ser ley del Talión y todo la caza de infieles. ¿Ahora resulta que toda esa sangre siempre tendrá una buena causa; un poco de sangre por un mejor futuro?

Aquí la función de la opinión pública y de los medios es olvidarse por completo de lo que es justo o no... No fueron "facciones", "agrupaciones", o "naciones", o las democratiquísimas hurnas a favor de los Hammas o de Hezbollah quienes fueron bombardeados el día de ayer. Fueron mis amigos, tus amigos. Fueron personas que como tu tienen la paciencia de leer a otros, y como yo la incapacidad de superar un resfriado por ser desproporcionados quizás.

En un universo de guerra en el que la palabra democracia tiene que ser URGENTEMENTE superada, nada de ser imparciales... la condena es enérgica para todos esos estadistas y estrategas, que viven en la pocilga de los intereses mercado-petrolero-ideológicos.

El extremismo de Hezbollah y Hamas no tiene cabida en un orden mundial más justo. Pero malo será para Israel, haber perdido a los libaneses detractores de las minorías armadas, como dice mi amigo newworldman, "aliados que necesitaban" y necesitábamos todos.

Contradiciendo enérgicamente otra vez a Totten, los verdaderos guerreros en efecto tienen un código de ética fundado en el bien común; ellos son los nuevos forjadores del orden mundial. Construirán alianzas legítimas movidas por ese mismo principio, reconocerán enemigos y les guardarán respeto. Si la causa es justa y el interés común, el enemigo será neutralizado por su incapacidad de comprender la mecánica del beneficio comunitario y sus propias armas lo aplastarán irremediablemente.

Si los titulares polarizados están ausentes, seguiremos discutiendo sobre las proporciones de las respuestas militares, en un charco de tiempo perdido. Mientras tanto, nuestros amigos lloran, y se entregan a la majestuosidad del fuego que hace arder las calles de Beirut.

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